Hay varios tipos y subtipos de lonas de piscina, automáticas, manuales, según el material del que están construidas etc. Sin embargo probablemente es mejor que la selección que hagamos nosotros sea lo más amplia posible, puesto que lo primero que hay que decidir al pensar qué tipo de lona necesitamos para nuestra piscina es saber exactamente para que la queremos. Para correrla en verano y evitar que el agua se enfríe demasiado, se evapore o que tengamos que limpiarla muy a menudo. O para que en invierno nuestra piscina esté tapada, segura y sin una gran necesidad de mantenimiento (a este respecto hay que recordar que las piscinas no deben estar vacías en los meses de frío porque se corre el riesgo de que se deterioren demasiado).
Si la respuesta es la primera de nuestras opciones, es decir para usar principalmente en verano, lo ideal es una lona térmica. Ayuda a mantenerla limpia, flota por encima del agua gracias a los materiales que se utilizan, pero sobre todo ayuda a mantener el agua caliente al conservar el calor durante la noche que, gracias al efecto de los rayos del sol, va acumulando durante el día. Así no habrá ningún momento en el que el agua no esté a una temperatura agradable para darse un chapuzón.
Si por el contrario apenas vamos a utilizar la lona durante el verano pero sí que queremos cubrirla en invierno, lo que buscamos es de invernaje, normalmente hecha de PVC, que es muy resistente y se ancla al suelo gracias a unos fijadores. Además de ser más pesada que la térmica ayuda a que el agua no se congele dañando así la piscina. También tienden a ser más opacas porque al tener que estar desplegadas más tiempo evitan que salgan microrganismos en el agua. Los dos tipos pueden facilitar su despliegue instalando un enrollador o incluso hacerlo de manera automática.
Si todavía tienes dudas acerca de cuál es la lona de piscina que más se adapta a tus necesidades consulta con Toldos Porriño que son especialistas y te ayudarán a encontrar lo que más se adapta a ti.